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Represas Kirchner y Cepernic: diez años de problemas

Alejo Lasala

La construcción de las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa (también denominadas Kirchner- Cepernic) se anunció en 2012. Sin embargo, al día de hoy, el porcentaje de avance no supera el 30%. ¿Qué pasó durante éstos diez años?


Las represas están ubicadas en el Río Santa Cruz, corriente de agua proveniente del Lago Argentino, que a su vez se alimenta de glaciares; entre ellos, el Glaciar Perito Moreno. Existieron diversas manifestaciones de organizaciones ambientales que se amparaban en la falta de estudios de impacto ambiental sobre más de 1000 glaciares.


Tal es así, que en el año 2016 la Corte Suprema de Justicia frenó la construcción de las obras hasta tanto no existiese un estudio confiable. En 2017, un estudio aseguró que las obras no tendrían un impacto ambiental significativo, lo que permitió la continuación de las obras.


En enero del corriente año, un informe técnico del IANIGLA, dependiente de CONICET, contradijo al anterior estudio, asegurando que el mismo no contempla el impacto de un aumento decimétrico del nivel del lago sobre los glaciares. Este año se espera que la Corte Suprema tome una nueva decisión al respecto. Mientras tanto, la construcción continúa.


Más allá de la cuestión ambiental, que compone un elemento central del análisis sobre las represas, existe un componente político importante. La obra atravesó dos administraciones (Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri), y continúa con el mandato de Alberto Fernández.


En el proceso, existieron tensiones e idas y vueltas por el acuerdo gestionado con el objetivo de construir las represas, que continúan hasta hoy en día: el costo de las obras, previsto en cinco mil millones de dólares, y 66 meses de gracia que no alcanzaron para satisfacer la demanda de comenzar a pagar una vez que las represas estuviesen en funcionamiento. Argentina no está en condiciones de desembolsar mil quinientos millones de dólares y China no seguiría, por el momento, financiando las obras.


Además, existen problemas en la construcción debido a rajaduras en el suelo, y según pericias técnicas, el caudal del Río Santa Cruz no es suficiente para generar la energía necesaria, y con ello sustentar el costo de las obras.


Ante esto, sólo queda esperar. ¿Qué opinas sobre la decisión de construir éstas represas? ¿Se previeron los distintos escenarios, previo a la firma del acuerdo?


Por Alejo Lasala - Estudiante de Ciencias Políticas en la Pontificia Universidad Católica Argentina.

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