“En el 2001 era ‘que se vayan todos’, hoy es ‘que se vayan todos, pero que venga Milei’”
Comentó el ex gobernador Carlos Ruckauf, en una entrevista hace tiempo, en La Nación +.
En este mismo canal, hace algunos días, ocurrió un episodio que marcó la agenda del momento: el golpe de Alfredo Casero a la mesa de Luis Majul.
Éstos dos sucesos representan dos fenómenos transversales: el creciente descontento social en la Argentina, (con el gobierno, medios de comunicación, periodismo, sindicalismo, empresarios, poder judicial, etc.,) así como también la creciente imagen de Javier Milei. El descontento mostrado enfáticamente en la televisión ya no aparece como casos aislados, sino que se transformó en una demostración de representatividad en muchos sectores sociales, y se vieron reflejados en el sorpresivo 17,04% que logró La Libertad Avanza CABA en las pasadas elecciones.
Hoy en día, de las instituciones mencionadas, ninguna supera el 5% de imagen positiva, mientras que los sectores con mejor imagen son los científicos (38%) y las PYMES (26%). Fuente: Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública – Universidad de San Andrés
Dentro del ámbito político, Milei (42%) se ubica en el primer lugar, seguido de Larreta (40%). Sólo Javier Milei y Facundo Manes (32%), un hombre que viene del mundo científico, tienen una imagen positiva que supere a la negativa.
Fuente: Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública – Universidad de San Andrés
La pandemia empeoró y aceleró diversas cuestiones que se venían gestando en nuestro país. Entre esos elementos, no escapa la cuestión económica pero tampoco, y no menos importante, la cuestión social. Javier Milei le atribuyó a la cuarentena, en numerosas oportunidades, ser la herramienta por la cual el gobierno “cercenó libertades individuales”, mientras el descontento social por la crisis económica aumentaba exponencialmente.
El discurso #liberal se amplió y comenzó a abarcar ideas económicas, tales como la reducción de #impuestos y del gasto público para contrarrestar el #déficit fiscal y la #inflación, dos problemas que vienen en aumento y con proyecciones que estiman entre un 60% y 101% de inflación para 2022.
Las encuestas muestran la aparición de un personaje que, interpelando al sistema y canalizando ese descontento, llenó el espacio de outsider con demanda de cambio que parecía desocupado en la política argentina.Teniendo en cuenta que las elecciones aparentan una falsa cercanía temporal, la incógnita a modo de conclusión sería: ¿Lograrán, desde la posición de outsiders, consolidarse a falta de más de un año y medio para los comicios? ¿Habrá un desgaste de la imagen en estos candidatos?
Por Alejo Lasala - Estudiante de Ciencias Políticas en la Pontifica Universidad Católica Argentina.
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